“Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio”.
Proverbio Hindú
Escribir para los medios de comunicación es, en muchas ocasiones, una tarea que se realiza con afán; en algunos periódicos y revistas locales de la ciudad predomina la falta de investigación y profundidad. Un tema de vital importancia como la violencia urbana o intrafamiliar suele tratarse de forma superficial, sin contrastar las fuentes, sin dar a conocer testimonios o estadísticas que permitan al lector comprender la gravedad del asunto.
Por ejemplo, en el periódico sensacionalista, por lo general, aparece en la portada la imagen de un cadáver, acompañada por una nota breve que apenas logra resolver el qué, el quién, el cuándo, el cómo y el dónde, pero pocas veces el por qué y, si es que acaso lo incluye, lo explica ligeramente.
Y es que la inmediatez vista por unos como una cualidad, sinónimo quizá de rapidez, velocidad y agilidad; para mí y otros colegas periodistas, no deja de ser un incómodo obstáculo con el cual debemos lidiar para conservar nuestros empleos o cumplir con tiempos productivos que nos generen mayores ingresos.
Es cierto, que hoy más que nunca gozamos del acceso a la información y a múltiples contenidos expuestos en distintos formatos y plataformas digitales, sin embargo, ¿qué tipo de información estamos consumiendo?, ¿sabemos identificar un contenido de calidad?, ¿cómo deben ser esos contenidos?
Ver también: Reflexiones sobre el oficio del periodismo y la escritura
Contenidos de calidad vs inmediatez
La saturación de mensajes nos invade tanto en medios impresos como digitales, ¿cómo reconocer entre tantos artículos, videos e imágenes aquello que realmente aporta conocimientos, hallazgos o novedades a nuestra formación? Eso dependerá del criterio de cada uno de nosotros, de cuán observadores y detallistas somos a la hora de leer, investigar, contrastar y analizar la información.
Por otro lado, en este afán de los medios de comunicación por ser los primeros en compartir las noticias, ya sea, a través de sus sitios web o redes sociales, se pierde de vista el rigor, la calidad y a veces hasta la ética periodística por simplemente figurar o cumplir frente a las tendencias del momento.
Después de leer dichos enunciados ¿qué nos queda?, ¿recordamos a diario lo que leemos o vemos rápidamente por las redes sociales?, y si quedó algo en la memoria, ¿qué nos reveló o enseñó?
Es por esta razón, que como periodista planteo esta reflexión sobre escribir de acuerdo a las exigencias o condiciones de los medios de comunicación, para muchos de los cuales, presentar la noticia antes que los demás es lo primero, cuando lo primero debería ser dar a conocer la información lo más completa posible, desde la investigación de diversas fuentes, documentos, testimonios, estadísticas o cifras que amplíen el panorama a los lectores de tal forma que ellos puedan acercarse a una realidad que a lo mejor desconocen por completo o conocen muy poco.
Si nuestra misión como periodistas es informar a la audiencia y para hacerlo bien, es necesario que comencemos nosotros mismos por entender sobre qué estamos hablando, ¿por qué los medios se empeñan en la inmediatez?, ¿por qué el periodista no puede tomarse el tiempo de investigar a profundidad y escribir con tranquilidad?
“Si bien la literatura es un producto social, el trabajo literario es absolutamente individual y es, además, el trabajo más solitario del mundo. Nadie te puede ayudar a escribir lo que estás escribiendo. Ahí estás completamente solo, indefenso, como un náufrago en la mitad del mar”.
“Gabriel García Márquez: diez mil años de literatura”. Revista Bohemia, febrero de 1979.
A lo mejor sea una utopía desde el punto de vista de los medios de comunicación, por motivos de la cadena de producción y el presupuesto, una realidad que no se puede ignorar y que lamentablemente influye en nuestro ejercicio periodístico.
Ver también: 8 claves para redactar contenido de calidad
Nuestra escritura refleja lo que somos
No obstante, escribir por escribir o publicar por publicar, tiene su precio, una cuenta de cobro que llega con el tiempo, porque en medio del afán vertiginoso se pueden escapar mentiras que creíamos verdades, posiblemente la víctima sea el verdugo y el verdugo sea la víctima; no sabemos cuánto hay de cierto en cada palabra dicha o escrita, porque rara vez la velocidad nos permite meditar, reflexionar, analizar y contrastar los hechos.
Sólo el tiempo nos revelará a su debido momento la verdad. Entonces, seremos los periodistas y los medios juzgados por nuestras acciones u omisiones. El precio que deberemos pagar es mucho más alto que varios meses de trabajo de campo, es el precio de perder la confianza, la credibilidad.
Para concluir, escribir es tan trascendente como guardar silencio, es un compromiso tan importante como enseñar, como revelar a otros, circunstancias que desconocían. Mi invitación colegas, amigos, periodistas y escritores, es a escribir para construir, para dejar huella, para trascender en el tiempo, para generar emociones y despertar consciencias. Escribir porque hay algo valioso que decir, que compartir sobre otros o sobre nosotros mismos, pero desde la honestidad, la autenticidad y la reflexión, cualidades que siempre son un llamado a cuestionarnos por nuestra condición humana.
Comunicadora en Lenguajes Audiovisuales egresada de la Universidad de Medellín. Con experiencia en periodismo escrito y alternativo. Una apasionada del periodismo, la literatura, la comunicación digital, las redes sociales y la fotografía. Actualmente me desempeño como periodista y comunicadora digital.
